TESTIMONIO DE SOCIO SATISFECHO
Un poco antes de las cinco de la mañana Don Luis Tixe de 45 años, sale de su casa, camina poco más de una cuadra y llega a su local ubicado en la calle García Moreno, la principal, de la parroquia rural de Quito, Conocoto. “La Delicia” es el nombre que eligió para la panadería que abrió hace más de 20 años cuando solamente contaba con un horno viejo, una panera, un sueño y el oficio que aprendió desde muy joven sobre el arte de la harina y la levadura.
El pequeño local arrendado que inicialmente era un parqueadero se ha ido transformando con el tiempo. Aunque no ha cambiado su tamaño sí han aumentado los proveedores, los productos, los frigoríficos, los estantes, el nuevo horno, la batidora, insumos que ahora ocupan casi todo el espacio y que Don Luis, como lo conocen en el pueblo, ha ido incrementando gracias a su visión de negocio y al apoyo de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Esperanza del Futuro.
“Me han dado dos créditos, uno de USD 5.000 y otro de USD 15.000” comenta con orgullo Luis, mientras alarga, con gran habilidad, una hilera de masa que más tarde se colocará en el horno y se convertirá en el desayuno de algún comprador mañanero. Su próspero negocio produce más de 5.500 panes diarios y a pesar de la competencia que durante los años ha ido aumentando en el sector. El emprendedor asegura que en Conocoto hay espacio para todos.
Cuando la Cooperativa de Ahorro y Crédito Esperanza del Futuro abrió sus puertas a unos pocos pasos de la panadería, supo que debía aprovechar esta cercanía. Fue el socio número 163 y actualmente es uno de los más fieles y queridos por todos en la institución de ahorro. “Prefiero la Cooperativa antes que el Banco porque no tengo que hacer filas, se soluciona pronto cualquier gestión y los créditos me han otorgado inmediatamente y sin tantos requisitos”.
Así como la masa debe expandirse, Don Luis, considera que un negocio debe crecer “Pienso que es la idea y la meta de todos en la pequeña industria” por eso, con el último crédito solicitado abrió un micro mercado ubicado en su domicilio. Su receta del éxito es el trabajo constante, tanto él como su esposa Mayra Ayo y sus dos hijos han tenido que arrimar el hombro muchas veces y ayudar en todo; desde limpiar, vender, recibir a los proveedores hasta amasar y preparar el pan pues su oficio no se permite parar.
Belén Tixe tiene 21 años, es la hija mayor y ha visto incrementar poco a poco el patrimonio de sus padres. “Decidí estudiar administración de empresas para apoyar en el negocio familiar” señala apurada, mientras despacha una bolsita con cinco panes tipo biscocho, el que se vende más. Actualmente la panadería familiar genera tres plazas de empleo en la parroquia rural. Un poco después de las 10 de la noche, Don Luis y su esposa cierran la lanfor y ponen candado a “La Delicia” un emprendimiento que les ha permitido llevar el pan a su mesa y a la de cientos de fieles compradores en Conocoto.